Hay imágenes que dicen más que muchas palabras… y esta puede ser una de ellas. Sevilla, 6:30 de la tarde, sábado 22 de marzo… y un grupo de docentes reunidos por el simple deseo de compartir, de aprender, de mejorar, de reflexionar…
6:30 de la tarde… Una jornada de trabajo comenzada a las 9 de la mañana y todavía con parte del programa por desarrollar. Las caras muestran sonrisas, interés, satisfacción… Se palpa un sentimiento compartido de bienestar, de ese bienestar profundo que se produce al llevar a cabo tareas interesantes. Tareas que se sienten como necesarias.
Hablar y debatir, pensar juntos…Conocernos, ponernos cara… Compartir las mismas certezas y unas cuantas dudas parecidas. Expresar alguna insatisfacción, manifestar alguna esperanza.
Sentirnos profesionales con algo que decir sobre nuestra trabajo. Aprender con los otros y de los otros… Reflexionar entre iguales sobre la práctica para mejorarla. Saber que no estamos solos… Recuperar y luchar por la dignidad de nuestra profesión.
Comprobar que hay muchos profesores y profesoras que realizan proyectos estupendos con sus alumnos, que rompen las rutinas, que arriesgan, que trabajan en sus aulas todas las competencias básicas, que crean sus materiales didácticos, que miran a sus alumnos y parten de sus necesidades. Profesoras y profesores que trabajan en situaciones complejas, en contextos complicados pero que inventan y desarrollan una y mil maneras para lograr el máximo aprendizaje por parte de sus alumnos.
Unos cuantos nos reunimos en Sevilla. Quizás otros no pudistéis acercaros pero hubieráis compartido el día con nosotros de buena gana. Seguro que hay otra oportunidad…
Esta entrada es una primera reseña escrita desde las emociones. En breve, tendréis en Educ@contic otra reseña más informativa. En el blog del encuentro podréis encontrar toda la información sobre el mismo: vídeos, presentaciones, conclusiones…
Un día aquel para compartir emociones, trabajo, compañerismo, reflexiones y conocimiento… Sin duda, hay otras maneras de compartir, pero esta es una de las más satisfactorias en lo personal y en lo profesional. Si 120 profesores y profesoras deciden juntarse un sábado en Sevilla para trabajar, conversar, proponer, escuchar, aprender… no todo está perdido. ¡José Ignacio, toma buena nota…!