Archivo mensual: junio 2017

«SUMERGIDOS EN LA LITERATURA» UN PROYECTO GAMIFICADO…

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Hace unos días en el VI encuentro G Suite sobre el  que escribimos una entrada, tuvimos la suerte de conocer una propuesta de trabajo muy novedosa y muy bien construida. Su autor es Javier Simón, @ceterio, profesor de Lengua Castellana en el colegio San Vicente de Paúl de Irún.

Javier ha partido de un proyecto de trabajo que realizamos en su día dentro del conjunto de materiales que se experimentaron en el programa de Tratatamiento Integrado de Lenguas. En concreto, escogió una unidad planteada para 2º curso de ESO con el nombre «Sumergidos en la Literatura» . El producto final de este material que trabajaba contenidos de educación literaria, ligados a la narrativa, era elaborar una antología de relatos siguiendo los cánones de este tipo de género textual. Él ha dado la vuelta al material y ha construido una nueva propuesta didáctica utilizando las estrategias propias de la gamificación. Como él dice en una entrada de su blog:

«Desde hace algún tiempo que propongo en mis clases el aprendizaje basado en proyectos. También desde el berritzegune (centros asesores en materia educativa y de innovación) nos propone el trabajo basado en el «Tratamiento integrado de lenguas». 
Es cierto que, en cierta medida, ambas metodologías requieren tiempo para implantarse y, creo, que deben surgir de la necesidad personal ante lo que se «pretende» enseñar (o mejor, comunicar). Al nacer de una «obligación» personal, de un «reto» que asumir…, he buscado diferentes modos para que mis alumnos desarrollen sus destrezas. 
Hace algún tiempo, una de esas corrientes que me han llamado la atención es la «Gamificación«, que atiende a promover y desarrollar dinámicas de entornos lúdicos en contextos formativos. Así, a los proyectos que desarrollaba en clase, les he sumado esta serie de dinámicas. De este modo, he añadido a uno de esos proyectos, estas dinámicas. Puede visitar esta comunidad de profesores gamificadores si quiere inspirarse.»
Le comentamos a Javier lo mucho que nos había gustado su propuesta y ha tenido la generosidad de clonar el material para que estuviera todo en abierto y que sea accesible en la red para cualquier centro.
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No tenemos suficientes palabras de agradecimiento para Javier por el trabajo que se ha tomado y por cómo ha enriquecido nuestra unidad inicial. Os la dejamos aquí y os invitamos a adentraros en la aventura de aprendizaje que propone.
¡¡Qué la disfrutéis!! ¡¡Seguro que superáis el reto!!

¿CUÁLES SON LOS RASGOS DE UN BUEN PROFESOR/A DE LENGUA?

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En esta entrada recogemos las reflexiones de una gran compañera y amiga sobre su experiencia como alumna en una clase de la EOI. Teresa Ruiz, felizmente jubilada, ha sido durante los últimos 17 años responsable del programa de Tratamiento Integrado de Lenguas en la comunidad.

Ahora se encuentra al otro lado de la trinchera y desde allí, ha querido compartir con todos nosotros sus reflexiones acerca de cuáles son los elementos que convierten a un profesor de lenguas en un buen profesional. ¡¡Gracias Teresa!!

«En los últimos cursos hemos hablado mucho sobre las características de una buena profesora de lenguas; yo quiero desde aquí compartir mi reflexión como alumna. Es una aportación completamente subjetiva (o no), basada en mi experiencia personal, sí, pero sustentada en mis conocimientos previos.

Después de 38 años impartiendo clases de lengua y literatura española en secundaria, reflexionando e investigando sobre la didáctica, elaborando materiales didácticos, currículos y otros documentos oficiales, este curso he vuelto a las aulas con la despreocupación de quien sólo quiere aprender «per piacere», y me he apuntado a clases de italiano en la E.O.I. de Bilbao. Ha sido una experiencia maravillosa por múltiples razones (el grupo de compañeros, la musicalidad de la lengua, la tranquilidad de quien hace algo sólo por que le gusta…) pero ha habido un factor esencial: mi profesora Gabriela, motor de la clase y nexo de unión de todo lo demás. Por eso, me gustaría compartir con vosotros las características de mi «profesoressa», para que sirvan de debate y reflexión.

  1. Sabe muchísimo, conoce la lengua italiana, sus variantes, sus usos, su evolución... Y también conoce la cultura en la que esta lengua se ha desarrollado, sus libros, películas, arte, ciudades, costumbres… No sólo nos ha introducido en la lengua italiana, también nos ha acercado a Italia.
  2. Pero no lo sabe todo, y cuando tenía dudas en el aula, nos lo decía claramente, buscaba la respuesta en alguien que supiera más que ella, en los libros, en la vida.
  3. Ha seguido una programación pensada para nuestro nivel, pero la ha roto, se la ha saltado, la ha modificado y la ha adecuado a nosotros cuantas veces ha sido preciso. Por cierto, el eje de la programación era gramatical, pero la necesidad de comunicación es la que nos ha impulsado a romperlo.
  4. Ha llevado la actualidad al aula. Reconozco que a mí me ganó cuando al inicio del curso murió Dario Fo y nos llevó un texto de Saviano publicado en la red en el que se despedía de quien había sido su amigo. Por supuesto, el texto no estaba pensado para alumnado de A1, pobres ignorantes, pero ella nos ayudó a entenderlo.
  5. Ha creado un clima agradable en el aula que nos ha permitido disfrutar de la clase. Creo que en esto le hemos ayudado entre todos, pero no está de más recordar que ella nos ha dado pie con su sonrisa y con su disposición.
  6. Ha usado las tecnologías de la comunicación, pero no ha abusado de ellas. Hemos visto anuncios presentaciones, video clips, noticias…. textos en distintos formatos, hemos utilizado el coreo electrónico… pero siempre la producción y comprensión de textos ha estado muy por encima del uso de la tecnología. Como es lógico en una E.O.I., el desarrollo de nuestra competencia comunicativa (perdonadme el uso de este concepto últimamente sustituido por otros de límites difusos; es el más claro de todos) ha estado por encima del desarrollo de cualquier otra competencia.
  7. Ha alternado actividades variadas, unas más lúdicas y otras más tediosas; pero en un clima de aprendizaje, de uso de la lengua, todos entendíamos que veces era imprescindible hacer ejercicios repetitivos para distinguir el uso de «a» o de «in», de «di» y «da», y no nos parecía tan terrible.
  8. Nos ha devuelto corregidas y perfectamente anotadas todas nuestras redacciones, ha valorado nuestro trabajo diario y nos ha animado a hacerlo.
  9. Ha permitido que la vida entrara en el aula en numerosas ocasiones. No le he preguntado a Gabriela si sabe qué son las situaciones problema y la familia de situaciones, pero en clase hemos encontrado múltiples excusas para aprender, y en las dos horas largas que duraba cada sesión encadenábamos situaciones de aprendizaje.

A veces la literatura moderna se centra tanto en los materiales didácticos (los que hemos utilizado eran bastante tradicionales), en las programaciones en las que todo encaja como en un puzle de 1000 piezas, y en tantas otras cosas necesarias, que se nos olvida que lo verdaderamente imprescindible es la profesionalidad de quien guía y dirige el aprendizaje. Gracias Gabriela.»